Al momento de realizar una obra, mi mente va volando y
explotando gamas de ideas e imaginaciones, por lo cual se me hace fácil conseguir
una temática, pero complicado al unir todas mis ideas a un solo concepto. Uno
mis experiencias e historias en las obras para transmitir sentimientos y
llevarlo a mis espectadores.
Hace mucho tiempo no trabajo con el bodegón; los
bodegones que he realizado han sido por trabajos universitarios como práctica y
desarrollo para las clases. A pesar de que el próximo bodegón que realizaré es
parte de la clase de Pintura de Grandes Formatos, será un bodegón experimental
en el cual me crea un reto como artista, ya que el bodegón no será un típico bodegón
de naturaleza muerta, sino un bodegón contemporáneo donde integraré mi
historia, lo cotidiano con referencias del pasado, mi elemento de piezas de
rompecabezas, mi técnica y estilo colorido al momento de pintar.
Al comienzo de construir la base para mi obra fue complicada.
Iba a trabajar con “foam” de diversos grosores para darle relieve a la obra con
frutar y vegetales, pero no llego a mis expectativas… ¡No funcionó! Gracias a
la ayuda de mis compañeros de clase (en especial a La Santa) y a la profesora
Anaida Hernández pude conseguir el “foami” para mi base, material flexible y
manejable para crear mis piezas de rompecabezas y así unirse para crear la
pintura. Luego de esto, fue un “CAOS” al momento de experimentar con la capa de textura
de las piezas, tenía que eliminar esa textura de foami. Experimenté con yeso
pastoso y no funcionó, luego con masilla y tampoco funcionó; finalmente utilice
un material que he utilizado anteriormente y que sabía que funcionaría, ¡papel
reciclado! Después del largo proceso de picar papel de periódico, mezclarlo con
agua, pega blanca y un poco de harina de trigo, y esperar por el secado del
papel comencé a pintarlo de blanco como sellador y así poder comenzar a
bocetear y pintar en la obra.
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